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Es notable que los hombres visiten a los médicos con menos frecuencia, pero esta negligencia tiene un costo.

Según el Ministerio de Salud, de cada tres personas que mueren en Brasil, dos son hombres, y solo las enfermedades del sistema circulatorio y las neoplasias (tumores) son responsables de más del 40% de las muertes.

Mientras que en la pandemia, la tasa de mortalidad masculina por Covid-19 ha sido mucho mayor: cerca de dos tercios de las muertes en el mundo son hombres, a pesar de que la tasa de infección entre géneros es similar, según apunta una encuesta difundida por Salud Global 50/50 en julio.

Virilidad, miedo a la enfermedad y tabú con el cuerpo

Desde hace algún tiempo, la gente ha buscado comprender las razones del comportamiento masculino en relación con la salud. Un estudio realizado por investigadores del Instituto Fernandes Figueira, de la Fundación Oswaldo Cruz, identificó, entre hombres de diferentes niveles educativos, que, además de los lazos culturales, como el imaginario de la “virilidad”, otras barreras que mantienen a los hombres lejos de las consultas estaría el miedo a descubrir una enfermedad grave y la vergüenza de exponer el cuerpo.

Falta de conciencia

Por supuesto, esta visión social todavía está fuertemente influenciada por una sociedad que no divulga acciones relacionadas con la salud de los hombres. Además de la campaña contra el cáncer de próstata, ¿qué más sabe?

Mientras que el público femenino tiene campañas sobre cáncer de mama, útero, embarazo, campañas de vacunación contra el virus del papiloma humano, por ejemplo, los hombres tienden a ser “dejados” o simplemente menos recordados en este sentido.

Lo ideal, y más justo en la sociedad, sería que el número de campañas fuera el mismo, o al menos similar, ya que esto haría que ir al médico fuera algo más común y, en el futuro, llevaría a una conciencia general de el mundo en relación a los prejuicios que tienen los hombres y las mujeres, como la virilidad, por ejemplo, que sitúa al ser humano masculino como superior e invencible, cuando, en realidad, su salud es tan frágil y merece el mismo cuidado que un mujer.

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